#02. Situaciones de prevención.

La mejor forma de perder peso es no cogerlo. Aunque parezca una obviedad, se puede prevenir el aumento de peso si se conocen las situaciones que lo favorecen.

En esta clase vemos las situaciones que más aumento de peso favorecen y cómo prevenirlo.

Situaciones que favorecen el aumento de peso

  • Embarazo
  • Menopausia
  • Cambios del gasto energético
  • Lesiones
  • Cambios bruscos: trabajo, niños, residencia…
  • Dejar de fumar
  • Cambios emocionales y depresión

Embarazo

El embarazo no puede ser una excusa para comer de todo y mal. Aunque hay un factor no modificable como es el cambio hormonal, hay otros que sí lo son como la dieta y la actividad física. Así que debemos cuidar la dieta para no añadir kilos extra que después nos dificultará la pérdida.

El embarazo es un momento ideal para emprender un cambio de hábitos, ya que tenemos la mayor motivación, nuestro hijo. Si no se lleva una buena diaita, es el mejor momento para empezar. Además el hecho de estar embarazada no significa estar inválida y podemos seguir saliendo a caminar o realizar actividad física ligera, siempre dentro de las posibilidades de cada uno.

No obstante, no podemos hacer una dieta restrictiva ni severa, ya que eso pondría el feto en peligro. Si se sigue una alimentación saludable, el peso que se aumente será natural, del sistema hormonal, y posteriormente no habrá tanta dificultad para perderlo.

En cambio si el peso cogido es por la dieta, eso nutre y aumenta los adipocitos tanto de la madre como del niño, y lo predispone a un aumento del riesgo de padecer sobrepeso.

Las necesidades nutricionales estarán aumentadas, por lo que se deberá comer más cantidad pero siempre de alimentos sanos.

Menopausia

Es la desaparición de la ovulación y por tanto de la menstruación y de la capacidad de reproducción de la mujer; cuando es natural, normalmente tiene lugar entre los 40 y los 50 años. Es uno de los momentos en que más cambios experimenta el cuerpo, entre ellos, el aumento de peso. Es un momento en que debemos parar mucha atención e intentar seguir una alimentación lo más saludable posible.

Este es un proceso que dura hasta tres años por ello y hasta que nuestro proceso haya finalizado deberemos evitar al máximo los ultraprocesados y la comida insana. Controlar mucho los pequeños extras del día a día, los “por un día no pasa nada”, las vacaciones, navidades y eventos.

El secreto y la clave en este caso es restricción severa de extras y actividad física a diario. En esta situación la actividad física coge un papel principal, siendo la clave y secreto del tratamiento, claro está siempre con una dieta sana, sino de nada servirá.

Hay que tener en cuenta que en este proceso tenemos también otro factor añadido, la edad. Cuanto más edad, mayor dificultad de pérdida de peso.

Cambios del gasto energético y lesiones

Se trata de las situaciones en que por el motivo que sea disminuye nuestra actividad física. Final de competiciones, retirada de un deporte, lesiones…

En este caso también se da un aumento de peso involuntario, pero es algo más sencillo ya que bastará con disminuir el aporte energético. En esta situación es clave balancear de nuevo la dieta y hacer un cálculo de la diferencia en el consumo de calorías. Si dejamos de gastar 1000 kcal, deberemos dejar de comer 1000 kcal. Será complejo y conlleva una adaptación lenta pero es de las situaciones en que más fácil se pierde el peso ganado.

Tenemos que tener presente que el cuerpo estará acostumbrado a una determinada cantidad de comida y deberemos reeducarle en ese sentido. No obstante, jugará a nuestro favor la sensación de hambre, que disminuirá al realizar menos actividad física.

En estos casos, debemos garantizar un buen tono muscular, ya que será lo que se pierda con más rapideza.

Cambios bruscos

Es posible que por circustancias nos veamos obligados a cambiar de residencia, de trabajo o los niños crezcan y cambien sus rutinas. Ello también puede conllevar al aumento de peso, por que se rompen las rutinas y hábitos. En este caso debemos reestructurar cuanto antes nuestros hábitos y tener a mano la planificación y organización de la dieta.

Controlar el nuevo entorno y no dejarnos llevar. Seguir con nuestras costumbres y buscar alimentos sanos allá donde vayamos. Quizá sea necesario llevar siempre encima frutas o frutos secos o empezar a cocinar de tupper.

Dejar de fumar

Hay muchísimos estudios que demuestran y relacionan el dejar de fumar con el aumento de peso. Además es una aumento medio de 10 kilos.

Para prevenir el aumento de peso en esta situación debemos buscar un sustituto placentero para calmar la ansiedad que nos producirá el dejar de fumar. Alguna actividad por ejemplo: cantar, bailar, pintar, escribir, caminar…

Emociones y depresión

Cuando una persona tiene depresión, puede buscar su satisfacción en la comida, hecho que la conducirá al aumento de peso. De igual modo que ocurre con el resto de emociones, sin llegar a ser patológico: épocas de estrés, nervios, lutos…

En estos casos es algo más complejo ya que lo que se debe tratar es el problema base y no la alimentación en sí.

Para prevenir y tratar el aumento de peso en estos casos lo mejor es practicar mindfulness y mindful eating. Es lo que ayudará a calmar las ganas de comer, controlando las diferentes emociones.

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