Son varios los problemas de salud que pueden darse durante el embarazo entre los cuales encontramos los síntomas gastrointestinales, que no son cosa de broma (náuseas, vómitos, estreñimiento, pirosis), la anemia ferropénica, la hipertensión y la diabetes gestacional. En esta clase vemos qué son, cómo cursan, cómo prevenirlas y cómo tratarlas.
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Síntomas gastrointestinales
Los síntomas gastrointestinales no son cosa de broma:
- Las náuseas y vómitos afectan a más de la mitad de las mujeres embarazadas.
- El estreñimiento, por su parte, afecta a 1 de cada 4.
- Y 2 de cada 3 gestantes padece pirosis (ardor de estómago).
Náuseas y vómitos
En la mayoría de casos, las náuseas y los vómitos aparecen entre las semanas 4 y 7 tras el último período menstrual, y casi siempre remiten entre las semanas 16 y 20 de gestación. Entre el 5 y el 10% de las mujeres, padecerán este malestar más allá de la semana 22 y, lamentablemente, habrá mujeres que se sientan mal hasta el parto.
Suelen llamarla “náuseas matutinas”, pero lo cierto es que menos del 2% de las mujeres tienen estos síntomas solo por la mañana. Algunas mujeres se ven incapaces de mantener sus actividades laborales e incluso normales de la vida diaria. Hay un dato tranquilizante: “Estos síntomas se relacionan de manera consistente con más posibilidades de que nazca un bebé sano.
Es importante saber que casi todas las mujeres completan su embarazo con éxito sin precisar tratamiento alguno. Basta con un poco de paciencia. Existen, en todo caso, algunos consejos dietéticos que, aunque no cuentan con evidencias consistentes que avalen su eficacia, es bueno conocer.
- Evitar las comidas copiosas. Es preferible realizar varias pequeñas ingestas a lo largo del día, sin preocuparse por el hecho de que se alteren las rutinas y las horas de las comidas.
- Es el apetito de la gestante el que determinará qué alimentos prefiere comer, pero conviene saber que los alimentos con mucha grasa (salsas, quesos, bollería, postres lácteos, fritos, mantequilla, etc.) suelen tardar más tiempo en abandonar el estómago y consecuentemente pueden empeorar el cuadro.
- Evitar los olores y las texturas que provoquen náuseas.
- Muchas mujeres toleran mejor los líquidos que los sólidos, por lo que se puede probar con recetas como sopas, cremas, zumos, gazpacho, gelatinas o similares. Algún estudio apunta que los líquidos ácidos o amargos (como la limonada) suelen ser mejor tolerados.
- Es habitual preferir los alimentos fríos que calientes, porque el aroma de estos últimos puede aumentar las náuseas.
- Las bebidas isotónicas pueden resultar útiles, sobre todo si los vómitos son recurrentes.
Sin duda, el apoyo emocional es fundamental. No solo el de la pareja, sino también el de la família, de los amigos y de los profesionales sanitarios.
El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología, así como la Sociedad Española de Familia y Comunitaria estipulan que el tratamiento de elección es la B6, sola o con doxilamina.
El tratamiento con extractos de jengibre podría ayudar a controlar náuseas y vómitos pero hay pocas evidencias científicas sólidas que lo apoyen, lo que no permite establecer una recomendación formal al respecto.
Estreñimiento
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En el embarazo aumenta el riesgo de estreñimiento por la presión que ejerce el útero (que aumenta de volumen a lo largo de la gestación) sobre el intestino grueso, junto a la disminución de los movimientos intestinales (para absorber más nutrientes de los alimentos y por efecto de la progesterona, hormona clave en esta etapa).
El estreñimiento, además de ser molesto, puede derivar en hemorroides. Más aún si la mujer realiza mucho esfuerzo en la defecación. El uso de suplementos de hierro, en su caso, puede contribuir a agravar el cuadro.
Recomendaciones para tratarlo, aumentar el consumo de fibra:
- Sustituir los cereales refinados por sus homólogos integrales.
- Aumentar el número de veces a la semana que tomamos legumbres.
- Incluir frutos secos o fruta desecada como tentempiés.
- Tomar un mínimo de 5 raciones de frutas y verduras al día.
- Disminuir la ingesta de alimentos superfluos.
Pirosis
Conocida como “reflujo gastroesofágico” o “ardor”, la pirosis aparece cuando el esfínter interior del esófago no es capaz de mantener los jugos del estómago en su sitio, que suben hacia el esófago, con una inconfundible sensación de quemazón en la zona del esternón. Suele ocurrir durante la última parte del embarazo y a menudo sobreviene por la noche. Se cree que no sólo es efecto de la presión del feto en el estómago de la madre, sino que la hormona progesterona influye en la relajación del esfínter esofágico inferior. Los suplementos de hierro pueden agravar esta condición, así que el médico debe valorar la dosis adecuada en cada caso.
Es raro que este síntoma derive en complicaciones serias, y además suele desaparecer tras el parto. Los documentos de consenso proponen, como primer consejo, modificar el estilo de vida y la alimentación de la embarazada, por lo que deben tenerse en cuenta las siguientes consideraciones higiénico-dietéticas:
- Evitar alimentos que puedan agravar los síntomas como picantes, productos ácidos, cítricos, bebidas carbonatadas, chocolate, alimentos o bebidas con cafeína, alcohol y alimentos ricos en grasas, particularmente las frituras.
- Comer a menudo, evitando comidas abundantes.
- No fumar.
- No llevar prendas ajustadas, que pueden ejercer todavía más presión sobre el ya debilitado esfínter que controla la parte superior del estómago.
- No comer a altas horas de la noche.
- No acostarse justo después de comer (esperar unas tres horas para hacerlo).
- Elevar la cabecera de la cama unos 15 centímetros.
- No hacer ejercicio durante al menos dos horas después de comer.
El uso de fármacos a veces es imprescindible.
Anemia
El principal papel del hierro en el organismo es formar parte de la hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos cuya función primordial es transportar el oxígeno a las células. Sin hierro, las células pierden la capacidad de generar energía. Las deficiencias de hierro en el embarazo pueden ser peligrosas, porque los glóbulos rojos de la madre requieren hierro adicional (el volumen de glóbulos rojos aumenta durante la gestación) y porque el feto y la placenta lo necesitan para su formación.
Los preparados farmacológicos de hierro no son tan inocuos como los de ácido fólico, por ello si tu médico te pauta el hierro, debe hacerlo tras sopesar en una balanza tu riesgo de padecer anemia y los efectos adversos del preparado. No cabe duda de que si la mujer entra en el embarazo con una anemia ferropénica, o la desarrolla durante la gestación, el suplemento de hierro está más que justificado. Conviene seguir una dieta saludable para evitar la anemia, pero si este trastorno está instaurado, la dieta no lo revertirá.
Es importante saber ciertas cuestiones dietéticas con respecto al hierro:
- Tomar mucho café o té puede dificultar que nuestro cuerpo absorba el hierro de las comidas.
- Los suplementos de fibra o los alimentos ricos en salvado (tipo All Bran -no el arroz ni el pan integral-) pueden interferir en el metabolismo del hierro.
- Además de la cocción, hay estrategias dietéticas que pueden aumentar la disponibilidad del hierro de los alimentos vegetales, tales como remojar las legumbres antes de su cocción o germinarlas (ej.: soja germinada).
- En el caso de tomar suplementos de calcio, deben alejarse de las comidas principales ya que impiden que el hierro se absorba correctamente.
- Si tomamos demasiados lácteos puede que ingiramos poco hierro, porque su contenido en dicho mineral es bajo, y, además, el calcio contenido en los lácteos podría dificultar la absorción de hierro.
- También es bajo el contenido en hierro de los alimentos superfluos.
- Seguir una dieta rica en vitamina C ya que incrementa la absorción del hierro del resto de los alimentos. Para ello basta con tomar a diario frutas y verduras.
Hipertensión inducida por el embarazo
La hipertensión inducida por el embarazo comprende:
La hipertensión gestacional
Aparece después de la mitad del embarazo y se manifiesta con cifras elevadas de presión arterial.
La preeclampsia
Además de hipertensión, existe retención de líquidos, aumento repentino de peso y presencia de proteínas en la orina. La sufre entre el 2 y el 7% de las embarazadas sanas. Es peligrosa, su presencia incrementa el riesgo de desprendimiento de la placenta, de hemorragia materna, de daños a diferentes órganos de la madre y el feto, de parto prematuro o de que el bebé nazca con poco peso.
Para el tratamiento, no es necesario reducir el consumo de sal sin embargo vale la pena tomar menos alimentos salados: embutidos, quesos, platos preparados, ahumados, conservas, pastillas de caldo concentrado… Los suplementos de sulfato de magnesio han mostrado cierta eficacia a la hora de tratar la preeclampsia, siempre bajo prescripción médica.
La eclampsia
Es el agravamiento de la preeclampsia. Para los profesionales sanitarios la “pre-eclampsia” es precisamente un aviso “previo” que permite prevenir la eclampsia. Esta enfermedad origina convulsiones y puede ser mortal para la madre y el feto si no se trata con rapidez.
Diabetes gestacional
La diabetes gestacional es una intolerancia ala glucosa o una elevación de la glucosa en sangre (hiperglucemia) asociada con una larga lista de riesgos tanto para la madre (preeclampsia, cesárea, heridas perineales y, sobretodo diabetes tipo 2), como para el bebé (peso superior al normal, roturas óseas e incluso problemas cardíacos).
Suele detectarse al inicio del embarazo, aunque puede desarrollarse entre el segundo y el tercer trimestre.
Actualmente se diagnostica mediante un test (Test O’Sullivan) en el que se valoran los niveles de glucosa en sangre de la madre y tras ingerir 50 gramos de glucosa. Si el test sale alterado, se realiza un nuevo test de tolerancia con 100 gramos de glucosa que dura unas tres horas.
Es muy prevenible, pasa por seguir un buen estilo de vida de lunes a domingo evitando el sedentarismo, siguiendo una dieta sana, no fumando ni bebiendo y procurando no ganar demasiado peso en el embarazo.
El consumo de fast food aumenta notablemente las posibilidades de padecer diabetes gestacional. Consumir bebidas azucaradas predisponen a sufrir diabetes durante el embarazo. Además, dar el pecho previene la DM2, a más tiempo, menos riesgo.
El tratamiento para la diabetes gestacional siempre incluye menús especiales y la programación de actividad física. También puede incluir pruebas diarias de glucosa e inyecciones de insulina. Si se está midiendo glucosa, la Asociación Americana de la Diabetes sugiere los siguientes niveles objetivo para las embarazadas con diabetes gestacional. Es posible que ciertas personas requieran objetivos más o menos rigurosos.
- Antes de una comida (preprandial): 95 mg/dl o menos.
- 1 hora después de una comida (postprandial): 140 mg/dl o menos.
- 2 horas después de una comida (postprandial): 120 mg/dl o menos.
En las embarazadas, el tratamiento para la diabetes gestacional ayuda a reducir el riesgo de parto con cesárea que se requiere con bebés muy grandes.
Seguir el tratamiento para la diabetes gestacional hará que se mantenga sana durante el embarazo y parto, y ayudará a evitar que su bebé tenga problemas de salud en el futuro.
La diabetes gestacional por lo general desaparece después del embarazo. Pero una vez que alguien ha tenido diabetes gestacional, el riesgo de tenerla en embarazos futuros es de 2 en cada 3 casos. Sin embargo, algunas mujeres descubren que tienen diabetes de tipo 1 o 2 durante el embarazo. Es difícil determinar si dichas mujeres tienen diabetes gestacional o simplemente comenzaron a tener indicios de diabetes durante el embarazo. Ellas deben continuar recibiendo tratamiento para la diabetes después del embarazo.
A muchas mujeres que tienen diabetes gestacional les da diabetes de tipo 2 años más tarde. Al parecer existe una relación entre la tendencia a tener diabetes gestacional y la diabetes de tipo 2. Con tanto la diabetes gestacional como la diabetes de tipo 2 hay resistencia a la insulina. Ciertos cambios básicos en el estilo de vida pueden ayudar a prevenir la diabetes después de la diabetes gestacional.
- Curso dieta para embarazadas #01. Introducción.
- Curso dieta para embarazadas #02. Alimentación y fertilidad.
- Curso dieta para embarazadas #03. Riesgos nutricionales durante el embarazo.
- Curso dieta para embarazadas #04. Problemas en el embarazo.
- Curso dieta para embarazadas #05. Peso antes, durante y después del embarazo.
- Curso dieta para embarazadas #06. Alimentación en el embarazo
- Curso dieta para embarazadas #07. Alimentación en la lactancia.
- Curso dieta para embarazadas #08. Dieta vegetariana en el embarazo y la lactancia.
- Curso dieta para embarazadas #09. Alimentación y dieta en el post-parto.
- Curso dieta para embarazadas #10. Dieta patrón.