Es muy habitual complementar las dietas de pérdida de peso con pastillas para adelgazar, pero, ¿son realmente necesarias?, y lo que es más importante, ¿realmente funcionan?
Pastillas para adelgazar
Seguro que alguna vez habéis chocado con las ellas, no necesariamente porque las hayáis consumido, pero seguro que sabéis de qué hablo. Quien más quien menos, se ha encontrado pósters gigantescos de mujeres esbeltas y guapas en farmacias, con el susodicho producto en la mano, o ha visto a famosas por la tele diciendo lo útiles que son y lo bien que funcionan, o quizá lo han oído por la radio. Es que sin ir más lejos, hasta haciendo la compra podéis haber topado con ellas.
De pastillas para adelgazar hay de muchos tipos, yo me voy a centrar en esas «quema grasas».
Utilidad y funcionalidad
Al explicaros cómo funcionan entenderéis muchos de los consejos que acompañan a estas pastillas:
- Tomarlas antes de las comidas.
- Acompañarlas con abundante agua.
- Pueden dar diarrea.
- Deben acompañarse de una alimentación saludable y vida activa.
El principio activo de estas pastillas es bastante simple, ya que lo que contienen no son más que fibras patentadas con nombres variados, pero fibra en definitiva. Y si recordáis lo que os expliqué en la entrada de alimentos ricos en fibra sabréis que entre los beneficios de la fibra se encuentran:
- Es saciante por lo que ayuda a controlar la ansiedad → Motivo por el cual las pastillas «ayudan a la pérdida de peso».
- Reduce el tiempo de tránsito intestinal → ayuda a combatir el estreñimiento → Motivo por el cual las pastillas pueden provocar las diarreas.
- Disminuye la absorción de grasas, al retenerlo con ella y eliminarlo con las heces → Motivo por el cual las pastillas «ayudan a la pérdida de peso».
Lo de tomarlas antes de las comidas y con abundante agua no es más que para que esa fibra se hinche en nuestro intestino, se forme ese bolo fecal y nos provoque mayor saciedad antes comer, evitando así comer más cantidad o con ansiedad. No obstante, si eso hace que comamos menos cantidad puede hacer que tengamos hambre antes de la merienda, lo cual nos lleve a picotear y seguramente algo insano.
Finalmente el reclamo que incluyen todas ellas en sus cajas y envoltorios de «debe acompañarse con una alimentación saludable y la práctica de actividad física diaria» es cuanto poco reflexionar… «Si llevo una alimentación saludable y una vida activa, ¿cómo puedo saber si mi pérdida es por mi esfuerzo o por las pastillas en sí?». He ahí todo el quid de la cuestión.
Pastillas para adelgazar – Youtube | Comiendo con María
Entonces ¿sirven para algo?
Veréis, os voy a ser sincera. Sí que sirven para algo. Bajo mi punto de vista, para lo único que sirven es para ayudar a seguir el tratamiento dietético, me explico. Para muchos tomar estas pastillas sirve como motivación porque se están gastando un dinero. El hecho de gastar dinero en ellas hace que se tome más en serio el plan dietético y la práctica de actividad física, pero no porque las pastillas funcionen sino porque la persona sigue con mayor rigurosidad y se toma más en serio su cambio de hábitos.
Otra cuestión a tener en cuenta aquí es el efecto placebo. La efectividad de los productos, complementos y suplementos es en un 30% del efecto placebo. Simplemente el hecho de creer que funcionará hace que funcione. Así que es algo que debemos tener presente para todos aquellos que os digan «a mí me funcionó».
Consecuencias de consumirlas
Por supuesto tiene contraindicaciones o como mínimo factores en su contra:
- Es un gasto elevado e innecesario (la media del precio de estos productos está en 25 €). Puedes invertir ese dinero en un dietista-nutricionista que te ayude en el cambio y guíe en el camino para conseguir bajar de peso.
- Da un mensaje erróneo: muchas personas toman esto porque creen que «compensan» su mala alimentación. No pasa si me come 4 berlinas o ceno una pizza 4 quesos porque tomo chitosán (otro atrapa grasas). Por lo que el mensaje es «come mal y toma la pastilla» en lugar de «come bien y ahórrate esa pastilla».
- Como efectos secundarios está (principalmente) la diarrea. El cambio brusco del consumo de fibra es lo que tiene. De igual modo que con las pastillas puede que os haya pasado con el cambio de hábitos. Si habéis pasado de comer pocas frutas, verduras, hortalizas, legumbres e integrales a comerlos en abundancia, puede ser que hayáis sufrido flatulencias y diarreas.
Conclusión
Si queréis bajar peso invertir en la consulta de un dietista nutricionista, no en «pastillas para adelgazar». Aprende a comer y cambia tus hábitos, basa tu dieta en alimentos ricos en fibra: frutas, verduras, frutos secos, legumbres y cereales integrales y evita los suplementos dietéticos de este tipo. No hay nada como una buena alimentación y un cambio de hábitos, que eso seguro funciona, no falla, no tiene consecuencias, y te ayuda en todos tus problemas de salud.