Mantener niveles adecuados de vitamina D es importante para la salud en general, ya que participa en diversas funciones: salud ósea, cardiovascular, función cognitiva, estado de ánimo, sensibilidad a insulina, función inmunitaria e incluso riesgo de algunos cánceres.
Es cierto que dada la situación de confinamiento, ahora mismo tenemos menos aporte de vitamina D, ya que la mayor fuente de vitamina D de nuestro cuerpo es aquella que se sintetiza a partir de la radiación del sol, siendo necesarios unos 10-30 minutos de exposición responsable.
Por este motivo, si puedes, intenta salir a la terraza, balcón, patio o jardín unos 15 minutos al día para exponerte a la luz solar.
No obstante, también podemos obtener parte de vitamina D mediante los alimentos, siguiendo una alimentación equilibrada y completa que incluya aquellos alimentos que son más ricos en esta vitamina:
– Pescados azules en general.
– Yema de huevo.
– Alimentos fortificados como lácteos, también son fuente de esta vitamina. También existen otros, como cereales y zumos fortificados, aunque debes intentar no basar tu aporte en ellos.
La sociedad internacional de inmunonutrición (ISIN), en sus recomendaciones durante la crisis del COVID-19, incluye una ingesta de 10-100ug de vitamina D.