Te dejo la entrevista que me hizo Rosa Sorribas de Crianza Natural el pasado 9 de Julio en relación a la publicación de mi libro «desayuno con garbanzos», en el que hablamos sobre él y sobre alimentación infantil. Estas son las preguntas que me plantea Rosa en la entrevista:
– El libro lo empiezas directo al grano comentando la gran diferencia de alimentación de la humanidad, que más o menos se ha mantenido bastante parecido desde hace miles de años hasta hará unos 50 ó 60. ¿Crees que hemos llegado ya a un punto que la gente se está dando cuenta de que nos estamos pasando con la industrialización de la alimentación?
– Yo siempre hablo de que lo que deberíamos comer son alimentos, no productos que salen de una fábrica, sea de vegetales o de animales. Ir más al mercado y menos al súper.
– Comentas lo de leer las etiquetas, pero tal vez deberíamos evitar lo que tenga etiquetas o las que tengan más de 5 ingredientes o que no identifiquemos lo que pone, no?
– Continúas en el libro con el problema del sobrepeso y la obesidad. Es curioso porque desde que se cambió la alimentación, con la pirámide y luego el plato, cada vez vamos peor. Vaya, comentas que la causa fundamental es un desequilibrio energético y que cada vez comemos más grasas y hacemos menos ejercicio. Pero los estudios dicen todo lo contrario. Vaya, cada vez hay más gimnasios, vídeos para hacer ejercicio en casa, más Decathlons y grandes tiendas de deporte en todas partes. Además el consumo de grasas ha bajado según las estadísticas. Parece que algo no cuadra.
– Luego ya empiezas con lo que parece ser el problema base: la resistencia a la insulina. ¿Nos puedes contar un poco sobre qué es?
– Luego tratas sobre los problemas cardiovasculares. No sé si has leído un comunicado del Colegio de Cardiología Americano donde reconoce el error de que el consumo de grasas saturadas esté relacionado con las enfermedades cardiovasculares. En una revisión que se acaba de publicar (https://www.onlinejacc.org/content/early/2020/06/16/j.jacc.2020.05.077) incluso reconoce que su consumo protege contra infartos. Supongo que
pronto veremos una revisión en los libros, anuncios en la tele, con recomendaciones de comer morcilla y matequilla, no?
– De aquí pasamos ya a la definición de alimentación saludable. En esta definición dices que deberíamos comer básicamente verduras, hortalizas, frutas, legumbres y cereales integrales. Pero en caso de los niños, al menos en el inicio, en la fase de alimentación complementaria, ¿no crees que primero, la alimentación debería ser más parecida a la composición de la leche materna y segundo, la idea debería ser que fueran probando una gran variedad de texturas y sabores?
– Por otro lado, en el tema de los cereales hay mucha controversia. Se recomiendan cereales integrales, pero los intestinos de los niños pequeños no están formados todavía para gestionar los antinutrientes que tienen, por no hablar de la enorme cantidad de fibra que contienen. Tenía entendido que los alimentos deberían ser nutricional y energéticamente densos y los cereales integrales no son ni una cosa ni otra.
– Lo que está claro es que en sobrepeso y obesidad infantil, España va a la cabeza junto con Italia y Grecia, no sólo en Europa sino también en el mundo. Hay algo que no se está haciendo bien, no?
– Porque la idea de la dieta mediterránea parece que cae viendo estos datos o es que no se entiende bien ese concepto? O tal como indica Nina Teicholz en su libro The big fat surprise, es un montaje comercial?
– En el libro hablas también de las vitaminas y minerales. Si la alimentación de nuestros hijos es tan nutricionalmente escasa, es normal que tengan déficit de muchas de ellas.Es sorprendente la relación de un déficit de vitamina B12 con el autismo. ¿Crees que no hay suficiente consciencia de la importancia de una alimentación nutricionalmente adecuada?
– Porque el principal motivo para iniciar la alimentación complementaria es que las reservas de hierro en el bebé se acaban alrededor de los 6 meses. Me sorprende que en lugar de ofrecer alimentos ricos en este mineral, se ofrezca la alimentación que mucha gente toma para perder peso, vaya, verduras, frutas y hortalizas. ¿No se debería ofrecer hígado y sesos como
se hacía hasta hace un par de generaciones?
– Curiosamente, a los niños no se les daban ni frutas ni nada vegetal hasta el año o más hasta hace muy poco debido a la falta de agua potable para limpiarlas. ¿Crees que esto puede haber contribuído al aumento de sobrepeso y obesidad?
– También hay la recomendación de las 5 raciones de frutas y verduras, pero eso se traduce en plátanos, no en brócoli. Además que no hay ninguna evidencia clara tras esto, como bien explica Zoe Harcombe.
– Robert Lustig, un pediatra y endocrino de la universidad de California San Francisco, comenta que cuando los niños obesos dejan de tomar fructosa, de repente tienden a querer hacer ejercicio. Vaya, incluso antes de perder peso, quitando fructosa y menos carbohidratos simples, con más vegetales y alimentos animales, su humor varía e instintivamente se mueven más. ¿No será que con una alimentación basada en plátanos y macarrones les limitamos sus ganas de ejercicio?
– Belinda y Gary Fettke, enfermera y cirujano de Tasmania, que llevan la web nofructose.com, ha dado muchas conferencias en todo el mundo sobre el papel del conglomerado de empresas bajo la influencia de Kelloggs. Es impresionante. Después de escucharla da pánico ver la gran cantidad de cajas de sus productos en las estanterías y la percepción de lo sanas que son por parte de la sociedad. Y de repente sales tú con desayuno con garbanzos y el revuelo que se montó en las redes. ¿Crees que todavía la sociedad no está preparada a darse cuenta de lo manipulados que
estamos?
– Con los cambios que están habiendo, como lo que he comentado del colegio de cardiólogos, o lo de que la presidenta de la asociación americana de diabetes ha mejorado su salud considerablemente tras cambiar su alimentación por una baja en carbohidratos y ahora la
considere dentro de sus recomendaciones, parece que los nutricionistas tenéis muchos dogmas que cambiar, no?
– Volviendo a la alimentación infantil, uno de los problemas más graves que nos encontramos es la masticación, que les damos demasiadas cosas blandas a los niños. La mayoría de menús que veo son hamburguesas de quinoa, falafel, bizcochos con dátiles y cosas así que ostras, luego no me
extraña que haya tanta caries y problemas bucales.