Cada vez tenemos patrones alimentarios más alejados de la dieta Mediterránea que como tal (y salvo pequeñas objeciones) es saludable.
Nuestro patrón está sufriendo una disminución del consumo de verduras y frutas así como de consumo de proteína vegetal, llevándonos a una dieta basada en cereales (con suerte integrales) y carnes animales.
Estamos adoptando costumbres más occidentales y haciendo crecer el producto ultraprocesado, precocinado, la comida rápida o las raciones XXL. Además también se está perdiendo esa cultura culinaria y de cocina tradicional que tanto caracterizaba nuestro patrón.
Ni hablar del consumo de alcohol que prácticamente es diario en la mayoría de personas.
Todo esto nos lleva a estar sufriendo una pandemia de sobrepeso y obesidad y al aumento desfrenado de patologías crónicas y enfermedades no transmisibles debidas a una mala alimentación.