Las harinas suelen llevar a duda, sobretodo a la hora de escoger la más saludable. Lo cierto es que a pesar de las pequeñas diferencias nutricionales que puede haber entre ellas, si son integrales, son sanas. Así que la premisa principal para escoger una buena harina es que sea integral. También podemos elegir una de legumbre y sería una buena opción, aunque nunca equivaldrían a una ración de legumbres. Si esta harina la vamos a utilizar puntualmente, 4 veces al año y en poca cantidad, no es tan relevante cuál usar, sino el resto de nuestra dieta global.
De la mano van los panes que normalmente nos lo venden como integrales y super sanos y no lo son. Para que un pan sea integral es necesario que el porcentaje de su harina integral sea igual o superior a un 80%. También es importante que no lleve aceites refinados añadidos, azúcar ni mucha sal. Para simplificarlo, los ingredientes de un pan saludable deberían ser:
– Harina integral, mínimo 80% del cereal o alimento en cuestión, o harina de grano entero de.
– Masa madre/harina de fuerza.
– Fermentos.
– Sal.