Es un hecho, cuantas más dietas haces, más difícil te resulta perder peso. Y aunque es cierto que hay muchos factores que lo acentúan: el metabolismo cada vez es más lento, ansiedad, menopausia… hay una causa fisiopatológica que quizá no sabías.
El tejido adiposo es el conjunto de células (adipocitos) que «guardan y almacenan» las reservas grasas. Para que nos entendamos, tenemos pequeños almacenes de grasa, que van llenándose a medida que vamos subiendo de peso. ¿Qué ocurre cuando hacemos muchas dietas restrictivas o milagro?
El cuerpo se somete a una restricción muy severa: ya sea de calorías, de algún nutriente concreto o simplemente porque basamos la dieta en comer un único alimento. Esto nos lleva a que la dieta tenga fecha de caducidad, y por lo tanto llegará un momento en que volvamos al viejo hábito y no solo eso, como hemos estado restringidos durante bastante tiempo, volveremos a comer el «alimento prohibo» pero en mayor cantidad, produciéndose el temido efecto yoyó.
A nivel fisiológico, esos pequeños almacenes se vuelven a llenar, pero hasta el punto de que no cabe más grasa y entonces se divide en dos. Y donde había un almacén, ahora hay dos. Por lo que la próxima vez que intentes perder peso no tendrás que vaciar solo X almacenes sino X + todos los que hayas generado en las anteriores veces que hiciste dieta y recuperaste el peso (o más) por el efecto yoyó.
Así que, déjate de dietas milagro o restrictivas, aprende a comer, a gestionar tus emociones y a comer de forma saludable.
