La horchata es una bebida preparada con agua, azúcar, chufas mojadas y otros ingredientes como la canela o la piel de limón si se hace casera. Es una bebida refrescante que todos los veranos vuelve a ponerse de moda.
El ingrediente principal es la chufa: un tubérculo alto en vitaminas C y E, minerales y antioxidantes, extraído de la juncia avellaneda. Este tubérculo también tiene grandes cantidades de fibra.
Las últimas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) detallan que no conviene superar el 10% de la energía ingerida a partir de azúcar. Ese 10% se puede cubrir, en alguien que consumiera unas 2.000 kilocalorías al día, con dos vasos medianos de horchata. En realidad, la OMS considera que lo idóneo es no superar el 5% de las calorías a partir de azúcar, por lo que un vaso mediano de horchata (de unos 225 gramos) ya cubriría dicha cifra.
Por lo tanto, por muy nutritiva que pueda ser la chufa, no podemos decir lo mismo de la horchata ya que su contenido en azúcar es muy alto. Así deberíamos catalogarla como alimento superfluo y evitar su consumo. Pasaría a la recomendación de «cuanto menos, mejor».
