Los índices de sobrepeso y obesidad siguen creciendo, tanto en la población adulta como en la población infantil. Resulta realmente difícil conseguir mejorar la alimentación de las personas y uno de los motivos es nuestro entorno obesogénico.
Estamos rodeados de publicidad, de productos superfluos, de promociones vanales… en fin, que la sociedad no nos ayuda sino todo lo contrario, nos pone dificultades para poder llevar a cabo de manera sencilla y fácil una alimentación saludable, libre de productos ultraprocesados cargados de azúcares y grasas, que son los causantes de estos ascendentes índices de sobrepeso y obesidad.
Hoy quiero analizar y presentaros este entorno en el que vivimos, para que veáis cómo nos lavan el cerebro…
Últimos datos de sobrepeso y obesidad
El 39,3% de la población española de entre 25 y 64 años padece sobrepeso y un 21,6% es obesa, según un estudio de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
El estudio Aladino realizado en 2015 a niños de entre 6 y 9 años, nos dice que el 23% aproximadamente de los niños tienen sobrepeso y alrededor del 18% padecen obesidad.
Nuestro entorno obesogénico
Publicidad
La publicidad de productos ultraprocesados nos rodea allá donde vamos: televisión, radio, pancartas, carteles, prensa, supermercados… Está por todas partes y solo nos incita a comprar y comer esos productos. Además, muchos de ellos están dirigidos a los más pequeños, haciendo uso de dibujos animados, regalos… ¿y por qué pasa esto? por que en España no hay leyes que regulen la publicidad infantil, solo códigos de autorregulación que elabora la propia industria de buena fe y, para colmo, adherirse a este código es voluntario.
Máquinas vending
No es de extrañar encontrar alguna de estas máquinas en colegios, hospitales, estaciones de transporte público, ambulatorios, gimnasios, centros de salud, en la oficina, en el trabajo, el salas de espera… ¿y que nos ofrecen estas máquinas? Con suerte encontramos alguna que disponga de algo de fruta por que normalmente son snacks, dulces, chocolatinas, patats chips, revuelto de frutos secos, zumos, refrescos, golosinas… en resumen, un sin fin de productos superfluos y ultraprocesados que por un motivo u otro acaban vendiéndose.
Mensajes subliminales
Seguro que si os digo «el desayuno de los campeones» sabéis de que os estoy hablando, o «a mi me daban dos», «destapa la felicidad»… o si os hablo de un primo fuerte y musculado, también sabréis que bebía, verdad?
Son un montón de atributos positivos y motivadores que les han asignado a productos ultraprocesados, cuanto menos perjudiciales para la salud, y que sin embargo asociamos de manera favorable y positiva.
Uso de caras famosas
Otra táctica de marketing es promocionar estos productos con una cara conocida. Hacernos entender que si ese famoso lo consume, nosotros conseguiremos ser como el o ella. O como ese famoso lo consume, yo también.
Precios competitivos
Como queremos aumentar el consumo de frutas y verduras si los productos promocionados son los productos basura ultraprocesados? ¿Cómo puede un kilo de cerezas a 6€ competir con tres cañas de chocolate a 1€?
Conclusión y solución
Ya lo veis, en nuestro entorno obesogénico todo favorece al consumo de productos ultraprocesados, estamos condenados por la industria alimentaria a recibir inputs constantes sobre estos productos. Y lo peor de todo es que ellos ganan, por que los índices de sobrepeso y obesidad aumentan. Así que ayúdame, ayúdate, ayúdanos a promocionar el consumo de alimentos frescos y darle una patada por fin a este tipo de comida.
¿La solución? Luchar en contra de la industria, hacer promoción de buenos hábitos, desenmascarar todos estos productos y una vez más, leer el etiquetado nutricional.
Y tú, ¿qué opinas?
